La infecciones en la
infancia (sobre todo las respiratorias) son muy comunes y frecuentes, esto depende
de muchos factores (raza, higiene, condiciones socioeconómicas etc.) pero en
promedio un niño sano tienen en los primeros años de la vida una media de 6-8
infecciones respiratorias altas al año,
hasta 6 episodios anuales de otitis media aguda y dos de gastroenteritis aguda .La
frecuencia de infecciones respiratorias es mayor en aquellos niños que asisten a guardería
o cuando sus hermanos las tienen. En cuanto a la duración también es variable
según cada niño y enfermedad. Así en el 90% de los casos nos podemos encontrar
con 2 a 7 días para resolución de una inflamación de garganta o una otitis.
Ahora, ¿Cuándo son
recurrentes las infecciones y deben preocuparnos?, en general: 3 o más
infecciones respiratorias bacterianas en localizaciones distintas en un año y 2
o más infecciones grave en un año (fiebre
persistente, no respuesta a antibióticos orales y/o necesidad de hospitalización, infecciones por un germen
raro o complicadas, o alteraciones persistentes en rx, tomografías o exámenes de
laboratorio). Cuando las infecciones recurrentes afectan a un único órgano o
sistema debemos pensar en anomalías anatómicas, un proceso alérgico o una
enfermedad crónica de base que afecte a ese sistema. Cuando los procesos
infecciosos son leves y frecuentes, afectan a distintos sistemas y no existe
afectación del desarrollo del niño hemos de pensar en una exposición aumentada
a las infecciones por condiciones ambientales (guardería, contaminación, hábito
tabáquico).
Ante un niño con
infecciones recurrentes debemos pensar en las siguientes posibilidades: - Niño normal
- Niño con un perfil atópico. -
Niño con una enfermedad crónica. - Niño con una inmunodeficiencia. Aproximadamente el 50% de los niños con
infecciones recurrentes son niños
normales. Tienen entre 8 y 16 procesos infecciosos al año de los que la mayoría
son de etiología viral, afectan al tracto respiratorio y responden
adecuadamente al tratamiento establecido. Estos niños presentan un crecimiento
y un desarrollo normales. Entre los episodios están asintomáticos y la
exploración física es normal, resultando innecesaria la realización de pruebas
complementarias que, de realizarse, resultarán normales. No existe una causa
orgánica, funcional, inmunológica o genética conocida. Se debe a una mayor
exposición y/o la presencia de factores favorecedores: asistencia a guardería o
colegio, exposición al humo del tabaco y convivencia con hermanos
escolarizados. Un tercio aproximadamente
de los niños con infecciones recurrentes presentan el espectro
alergia-atopia-sibilancias recurrentes y asma. La rinitis crónica alérgica
puede confundirse con una infección recurrente de vías respiratorias altas. El
tratamiento antibiótico es poco eficaz y sí lo son medicamentos para la alergia
o el asma. Por otra parte los niños atópicos tienen más probabilidad de
desarrollar infecciones respiratorias recurrentes de vías altas como sinusitis,
rinitis y otitis media. Esta mayor susceptibilidad puede ser debida a una mayor
adherencia del patógeno a un epitelio respiratorio inflamado, a un aumento de
la permeabilidad de las mucosas o a una respuesta inmune alterada frente a
ciertos patógenos virales y bacterianos . Habitualmente el crecimiento y
desarrollo de estos niños es normal. A menudo presentan hallazgos físicos
característicos de su atopia, pudiendo encontrar en ocasiones una IgE elevada.
En el niño con alguna enfermedad crónica (
aprox 10% en el total de niños con infecciones recurrentes) la mayor
susceptibilidad a las infecciones puede ser debida a diversas causas como fallo
en los mecanismos protectores de barrera, inadecuado aclaramiento de
secreciones, procesos obstructivos, presencia de un cuerpo extraño como una vía
central o una válvula, así como la implicación de microorganismos resistentes.
Son niños que con frecuencia presentan un deterioro físico, una pobre curva
ponderoestatural y los hallazgos físicos inherentes a su proceso de base. En cuanto
a inmunodeficiencias Un 10% de los niños que presentan infecciones recurrentes
van a tener una inmunodeficiencia con
uno o varios componentes del sistema inmune afectados. Las inmunodeficiencias
son entidades en las que hay afectación cuantitativa o cualitativa de cualquier
componente del sistema inmunitario: inmunidad adaptativa (células B, inmunidad
humoral o respuesta de Ac y células T o inmunidad celular) e inmunidad innata (del
sistema fagocítico y del complemento, entre otros) Las infecciones que
acontecen en este tipo de trastornos se caracterizan por ser infecciones más
graves o con mala respuesta a un tratamiento adecuado, con una evolución poco
habitual o infecciones por gérmenes atípicos u oportunistas.
Las inmunodeficiencias pueden ser primarias o
secundarias, estas últimas son más frecuentes que las primarias. Suelen
presentarse más allá de la infancia y afectan más a la inmunidad celular
(células T), pueden producirse debido a medicaciones inmunosupresoras,
malnutrición, infecciones (como el VIH), síndromes pierdeproteínas,
enfermedades neoplásicas o mecanismos mixtos donde hay tanto factores
secundarios como primarios como en el síndrome de Down. En la Diabetes Mellitus
se han descrito tanto alteraciones en la respuesta innata como en la respuesta
adaptativa o específica, y tanto a nivel celular (alteración en poblaciones
linfocitarias) como a nivel humoral (deficiente formación de anticuerpos). Las primarias son un grupo de enfermedades
causadas por la alteración cuantitativa y/o funcional de distintos mecanismos
implicados en la respuesta inmunológica, son poco frecuentes, pero también infra diagnosticadas. Son de origen genético,
con frecuencia hereditarias, en su mayoría de forma autosómica recesiva. Se han
descrito más de 240 entidades, y su número va en aumento cada año gracias a una
mayor concienciación entre los profesionales sanitarios así como a una mejora
de las técnicas diagnósticas Su incidencia global se estima en más de 1/2000
nacidos vivos, con una gran variabilidad entre las diferentes entidades. El
déficit selectivo de IgA es la más frecuente, con una incidencia de 1
caso/200-1.000, y asintomática en la mayoría de las ocasiones. Por el
contrario, la Inmunodeficiencia Combinada Severa (IDCS), con una incidencia de
1 caso/100.000 recién nacidos vivos, es letal si no se diagnostica y trata en
el primer año de vida. El tipo y patrón de las infecciones que
se presentan en los distintos grupos de IDP dependerá de los componentes del
sistema inmune afectados .Asimismo la severidad de las infecciones puede variar
desde infecciones respiratorias leves hasta infecciones sistémicas graves.
Para revisar
más sobre este tema: https://www.aepap.org/sites/default/files/documento/archivos-adjuntos/nino_con_inf_frecuentes.pdf