Es
muy frecuente que , al ver que un niño (o nosotros mismos) comienza a presentar
“mocos verdes” creamos que esa “gripe” ya se complico y necesita antibioticos,
los cuales muchas veces automedicamos, los antibióticos
están diseñados específicamente para
combatir infecciones por bacterias, un tipo muy específico de gérmenes, no
funcionan con virus (como los del resfriado común) ni parásitos, si tu infección es por un virus
no te harán nada, solo el mismo cuerpo y sus defensas vencen a los virus. Los
“mocos” no se ponen verdes solamente por infección bacteriana, de hecho la
causa más común es debido al estancamiento de los mismos, no son expulsados y
se quedan acumulados, un tratamiento adecuado y lavados nasales constantes
mejoraran esto.
Las bacterias son
organismos vivos que evolucionan, que cambian y se adaptan a su ambiente, así,
tratan de sobrevivir a cualquier factor que quiera eliminarlas, y los
antibióticos no son la excepción, las bacterias cambian para sobrevivir a los
antibióticos. ¿Cómo evitamos esto, como continuamos haciendo que maten
bacterias? En primer lugar solo indicándolos cuando de verdad SEA necesario,
por un médico, y dos: tomando la cantidad indicada por los días indicados, de
ser menor dosis o menos días es mucho más probable que sobrevivan bacterias y
que las que sobrevivan sean resistentes a ese antibiótico, lo cual pueden
trasmitir a otras generaciones de bacterias. Por último, no todos los antibióticos
son buenos para todas las bacterias, hay específicos para cada tipo, esto lo
sabe tú médico y por ello los antibióticos SOLAMENTE por él, no por ti, tu
familiar, tu amigo o el señor de la farmacia.
Un mundo sin
antibióticos es verdaderamente aterrador, es un mundo donde una simple
infección de piel o una neumonía podría matarnos, a nosotros o a nuestro hijos,
así que prevengamos esto con un uso racional y adecuado de ellos, NUNCA te
automediques y MUCHO MENOS con antibióticos, no solo pensando en ti sino en el
futuro de tus hijos y nietos.